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En comunicación con ABC Cardinal este domingo, el capitán Ray Mendoza, del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay, habló de los mitos y las realidades en torno a las mordidas de serpientes y lo que se debe y no se debe hacer en caso de que un evento como ese ocurra.
Paraguay alberga tres especies de serpientes venenosas –la yarará, la cascabel tropical o mbói chini y la coral o mbói chumbe–, animales que habitualmente son más activos en los meses de calor y que, si bien habitualmente no son agresivos con los seres humanos, se defienden cuando se sienten amenazados si una persona se les acerca demasiado, lo que puede ocurrir por accidente en bosques o montes debido al camuflaje natural de varias de estas especies.
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“Generalmente atacan porque se sienten amenazadas, no van a ir de por sí a morder. Cuando la persona se acerca mucho se defienden”, comentó el bombero.
El capitán Mendoza explicó que, en caso de una mordedura de víbora, la única recomendación válida es acudir inmediatamente al centro asistencial más cercano.
Una acción habitual que se suele tomar en casos de mordedura de serpiente es aplicar un torniquete al miembro mordido con la intención de que el veneno no circule al resto del cuerpo.
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Sin embargo, el bombero explicó que los torniquetes en realidad tienen el efecto contrario, al contribuir a la coagulación de la sangre, y causan que el veneno actúe más rápido, por lo que la aplicación de torniquetes está enfáticamente desaconsejada, como también las prácticas habituales de succionar o cortar la herida, que -señaló- no tiene más efecto que causar pérdida adicional de sangre.
Tampoco se recomienda intentar capturar a la serpiente que realizó la mordida, aunque el capitán Mendoza señaló que en lo posible sí se debe identificar el tipo de animal.
El capitán Mendoza recordó que la aplicación de antiofídicos - fármacos que contrarrestan los efectos de los venenos de serpientes- tiene su procedimiento especial y debe ser realizada por personas capacitadas, por lo que insistió en la importancia de llevar inmediatamente a la persona mordida a un centro de salud.
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En el caso de sitios remotos como estancias en los extremos del Chaco, desde donde es extremadamente difícil llegar con rapidez a un centro de salud, el capitán Mendoza explicó que los bomberos están trabajando con los estancieros para capacitar a su gente en el uso de antiofídicos.
Los síntomas de las mordidas de serpientes venenosas, enumeró, suelen ser: convulsiones, mareos, sudoración excesiva y desmayos. Sin embargo, el capitán Mendoza insistió en que no se debe esperar a la aparición de síntomas para acudir a un centro de salud.
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