Ecuador volverá a producir suero que combate mordedura de serpientes - El Comercio

2022-11-14 14:53:55 By : Mr. Taylor Wang

Una de las serpientes en exposicion, en el Vivarium, Quito. Foto: Archivo / EL COMERCIO.

Fueron necesarios ocho sueros antiofídicos. Es el tratamiento que completó el niño de 9 años que la semana pasada fue mordido por una serpiente, en una zona rural de Orellana. Su rápido traslado al hospital general de la provincia evitó complicaciones.

El pediatra intensivista Pablo González lo recibió en el área de Emergencia, donde atienden entre uno y dos casos similares cada semana. “Los incidentes ocurren cuando realizan tareas agrícolas, cerca de las casas o de los ríos”.

Su último paciente fue mordido en un pie mientras jugaba cerca de un cultivo. Apenas pudo memorizar algunos rasgos de la culebra, que sirvieron para identificarla como una bothrops asper o equis occidental. La severidad de la herida fue moderada.

“La cantidad de los sueros depende de la severidad: si el cuadro es leve se usan cuatro sueros, si es moderado se necesitan ocho y si es grave son 12”, explica González.

Todos los sueros antiofídicos usados localmente son importados. Se elaboran en Colombia y en Costa Rica, que tienen especies similares a las de Ecuador.

Pero hay una variación geográfica que influye en el tipo de veneno e incide en la efectividad del suero. Por eso, al no contener específicamente la toxina de las serpientes locales, hay que usar más dosis.

Según el Ministerio de Salud, en el país hay alrededor de 230 especies de serpientes. 35 son venenosas y peligrosas para el ser humano, en especial aquellas de las familias elapidae (corales) y viperidae (víboras). Las zonas tropicales y subtropicales son su hábitat.

En las últimas semanas, el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi) anunció que se retomará la producción de 300 ampollas de suero antiofídico. Es un lote experimental, del que no hay detalles y al que le faltaría cumplir varios procesos. Por eso tendría el apoyo de la academia.

Hace 10 años el país dejó de generar sus propios antídotos. Gladys Álvarez recuerda que había una producción que arrancó en 1981, tras la guerra de Paquisha. El Gobierno de entonces pidió al Instituto Nacional de Higiene un suero para atender a los soldados.

Ella dirigió la planta de producción de biológicos, donde elaboraban 6 000 dosis al año. “Eran sueros con alta especificidad, porque las toxinas eran de serpientes locales; por eso los anticuerpos neutralizaban inmediatamente la acción del veneno -explica la experta-; había médicos que nos decían que atendían casos graves con solo dos o tres frascos”.

Pero la planta dejó de funcionar en 2012. Tenía serpentarios, caballerizas y laboratorios en Guayaquil, hasta que un informe de control de calidad determinó que era necesario realizar algunos ajustes en la infraestructura. La inversión no llegó y el proyecto se paralizó.

Álvarez dice que la producción pasaba por controles de calidad internos y externos. Era un proceso complejo, que empezaba con la recolección de las serpientes para la extracción del veneno. Luego, la toxina era inoculada a caballos en ínfimas cantidades.

Así obtenían los anticuerpos del plasma de los equinos y, específicamente, se centraban en la inmunoglobulina G. Esta pasaba por varias diluciones y filtraciones para eliminar posibles contaminantes.

Tras cumplir con estrictas etapas, el producto se envasaba en frascos de 10 mililitros, que duraban tres años. Antes del cierre del laboratorio, la meta era hacer un suero liofilizado -en polvo- para extender su utilidad a cinco años. Para la especialista, retomar el proceso implica empezar de cero.

Orellana es la segunda provincia con más casos de mordeduras de serpientes en lo que va de 2022; la Amazonía y la zona rural de la Costa siempre concentran la mayor incidencia. Cada año, en promedio, se reportan unas 1 500 notificaciones.

Cada año el mundo reporta hasta 2,7 millones de envenenamientos por serpientes y unos 400 000 casos de amputaciones. Hay 130 000 muertes.

Usar prendas gruesas es una forma de prevenir mordeduras. También se aconseja tener la casa libre de roedores que atraigan a las serpientes.

Los sueros importados generan una inmunidad cruzada. Según expertos, al no ser toxinas del todo locales, el efecto puede tener un 70% de efectividad.

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